Un tipo de bacterias contribuye a a controlar el moho gris en las rosas

El moho gris, causado por Botrytis cinérea, es uno de los principales problemas fitopatológicos que afecta la producción de rosas en Colombia, ocasionando un 40 % de pérdidas al no prevenirse o controlarse oportunamente.


La floricultura representa más de 140 mil empleos en el país, sin embargo, esta actividad es constantemente amenazada por problemas fitosanitarios, entre los cuales las enfermedades más limitantes son mildeo velloso (Pernospora sparsa), moho gris (Botrytis cinerea) y mildeo polvoso.


Con más de 45 años de experiencia, Colombia se ha catalogado como el segundo exportador de flores a nivel mundial después de Holanda. Para el 2017, se reportaron cifras de exportación cercanas a los 1.399 millones de dólares, representados en aproximadamente, 250.000 toneladas de flores.


El moho gris ataca constantemente los cultivos de rosas en la Sabana y en Antioquia, y cuando es detectado en los pedidos que llegan a Estados Unidos genera quejas e inconvenientes, poniendo en peligro la actividad de exportación.


Ante esta situación, Kelly Patricia Piraquive Riveros, magíster en Microbiología, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), propuso el desarrollo de un prototipo de formulación líquida a base de BAFES como principio activo, que fueron caracterizadas y evaluadas en condiciones de laboratorio, y que ayudan a reducir la incidencia y severidad de Botrytis cinerea en rosa.


Microorganismos en el proceso


De acuerdo con la investigadora, los microorganismos se usan desde hace varios años, dada la necesidad de reemplazar los programas de control químico por alternativas ambientalmente sostenibles.


La investigación partió de la evaluación de 12 cepas que incluyeron pruebas con el aislamiento in vitro, para revisar si había algún mecanismo de control. A partir de allí fueron seleccionadas las que obtuvieron los mejores porcentajes de control con el fin de hacer un prototipo de formulación.


Después de las pruebas in vitro se utilizaron pétalos de flor y se definió una sola cepa para desarrollar el proceso de formulación, que componía una estructura de resistencia llamada endospora -producida cuando las condiciones en el medio son adversas- y otra de metabolitos secundarios, producidos durante el proceso de fermentación, para llegar a las esporas.


Los prototipos de formulación evaluados que presentaron mejores porcentajes de eficacia fueron los que estuvieron almacenados a 4°C, en contraste con los almacenados a 25°C, que mostraron bajos porcentajes de eficacia.


Se revisó que el prototipo con bacterias tuviera un buen adhesivo al tejido vegetal y que los preservantes probados pudieran contrarrestar la acción de otros microorganismos que llegarían a afectar la viabilidad del producto.


Se realizaron pruebas en el agente suspensor y el agente tensoactivo, para que el ingrediente activo (las bacterias) estuviera en suspensión permanentemente y propender por una cobertura óptima del producto ante la actividad vegetal.


Inhibición del hongo


En la investigación se evidenció una alta variabilidad en los cultivos de rosas de la sabana de Bogotá y se consiguieron diferentes aislamientos de Botrytis en distintas fincas de la sabana.


El estudio trabajó con 10 aislamientos diferentes, lo que dio un abanico muy amplio y permitió retar aún más las bacterias probadas en el prototipo de formulación.


Aunque en el mercado existen productos con características similares no son una opción sostenible, por lo que existe la necesidad apremiante de seguir explorándolas.


En tal sentido, la investigadora destaca que los prototipos con BAFES, no solo son recomendables para el ambiente, sino para la salud de las personas, específicamente aquellas que se dedican a aplicar los fungicidas en los cultivos.


“Se debe tener también muy presente que en la medida que se suplan ese tipo de demandas seremos, no solo más sostenibles, sino más atractivos para los negocios internacionales, que aportan mucho a la economía nacional”, puntualiza.