Viñedos capaces de capturar carbono y de producir sus propios fertilizantes

Un equipo multidisciplinar trabaja para lograr que un viñedo sea capaz de capturar dioxido de carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climatico y de producir ademas sus propios fertilizantes a partir de los residuos organicos generados durante la vendimia.

«Devolver a la tierra lo que nace en la tierra»: ese es el objetivo del proyecto europeo Life + «Integral Carbon», una iniciativa en la que se han volcado la UE, las universidades de Burgos y Valladolid, el Centro Tecnologico Nacional Agroalimentario de Extremadura, la Denominacion de Origen Vinos de Ucles y la empresa de ingenieria Kepler

Y para ello, han convertido una parte de los viñedos que integran la Denominacion de Origen Vinos de Ucles en un laboratorio donde un equipo multidisciplinar de cientificos, tecnologos, viticultores, enologos o agricultores quieren demostrar que es posible reducir la dependencia de los abonos minerales y de los productos fitosanitarios y aumentar la fertilidad de los suelos y la productividad de las explotaciones.

Sera un ejemplo mas para acreditar el verdadero significado de la red Natura 2000 y que las actividades tradicionales como la agricultura, la ganaderia o los aprovechamientos forestales pueden llegar a ser los mejores aliados de la conservacion de la biodiversidad y de los recursos naturales.

Ademas de reducir -hasta casi neutralizar- las emisiones de gases de efecto invernadero- el equipo esta logrando mejorar la calidad del suelo donde se cultivan las viñas gracias a un fertilizante elaborado con algas autoctonas procedentes del propio suelo de los viñedos de Ucles.

Reutilizando los hollejos

Esas algas se nutren de los desechos organicos que se generan durante el periodo de vendimia, sobre todo de los hollejos (piel de la uva), y regresan a la tierra convertidas en un fertilizante liquido natural, capaz no solo de fijar el carbono, sino de enriquecer el suelo, de mejorar su riqueza biologica y de reducir la dependencia de los fertilizantes minerales.

El ingeniero agronomo Jorge Miñon, responsable tecnico del proyecto europeo «Integral Carbon», ha subrayado que se trata de devolver al suelo todos los nutrientes que se han extraido de el para conseguir un cultivo -en este caso la uva para producir vino-.

Miñon ha señalado que durante ese proceso se generan abundantes residuos y una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, pero ha insistido en la necesidad de que la industria agroalimentaria sea capaz de mitigar y de compensar esas emisiones y en las soluciones que estan encontrando para conseguirlo.

Los responsables del proyecto estan ademas aprovechando el exceso de nutrientes que tienen las aguas residuales procedentes de los sectores agrario y ganadero para aumentar y acelerar la produccion de esas algas autoctonas, consiguiendo asi devolver a la tierra esos nutrientes que enriquecen el suelo y que mejoran la productividad y la rentabilidad de los viñedos.

«Lo que pretendemos es mejorar la calidad del suelo y aumentar su actividad biologica a traves de las algas autoctonas», ha precisado Jorge Miñon, y ha incidido en que esa mejoria de la salud del suelo redunda en beneficio del propio agricultor, porque tendra que utilizar menos productos fitosanitarios y tendra una explotacion mas rentable.

La menor dependencia de los fertilizantes minerales, que requieren para su fabricacion de elevados consumos energeticos, reducira ademas la huella de carbono de las explotaciones agrarias, pero redundara tambien en la calidad del producto final.

En busca de una metodologia extrapolable a toda la industria del vino

El proyecto europeo «Integral Carbon», que se prolongara hasta 2016 y en el que se han implicado instituciones publicas y empresas privadas, pretende «solo» eso: demostrar que es posible en la industria vitivinicola la captura de gases de efecto invernadero, su fijacion en el suelo gracias a las algas autoctonas y su utilizacion posterior en el viñedo como fuente de nutrientes vegetales.

Y del exito del mismo depende el establecimiento de una metodologia que ayude a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector vitivinicola, con lo que ello supone para el viñedo español, que ocupa una superficie superior al millon de hectareas y genera una mano de obra que ronda los 18 millones de jornales cada año.