Abonado con Nitrógeno en Cultivos Hortícolas – Cálculo de Dosis fertilización – Recomendaciones

Abonado con Nitrógeno en Cultivos Hortícolas - Cálculo de Dosis fertilización - Recomendaciones

Recomendaciones para el Abonado con Nitrógeno en Cultivos Hortícolas y Cálculo de Dosis para una racional fertilización.

No hay un enfoque único sobre cómo determinar las necesidades de abonado nitrogenado, aunque el método denominado Nmin es un sistema que se emplea bastante en algunos países europeos. En España la información experimental que existe para poder aplicar este método en las diferentes zonas, suelos y prácticas de cultivo es aún reducida en los cultivos hortícolas.

Un procedimiento que permite aproximarse a las necesidades de abonado nitrogenado en todos los casos, se basa en un balance de nitrógeno en la capa de suelo en la que se desarrollan la mayor parte de las raíces que, en general, se considera que comprende los primeros 60 cm.

Para aplicar este balance en una recomendación de abonado conviene tener en cuenta que, para que no disminuya la producción por falta de Nitrógeno en el suelo, es necesario que el contenido de Nitrógeno mineral en el suelo al final del cultivo no sea inferior a un valor mínimo. Este valor mínimo lo podemos considerar, pues, como un requerimiento al realizar el balance. Los valores aproximados de este contenido mínimo para los diferentes cultivos hortícolas se indican más adelante.

La cantidad de fertilizante nitrogenado a aplicar en un cultivo sería:

Dosis de fertilizante
= (Extracción de Nitrógeno por la planta + Lixiviación + Inmovilización + Pérdidas gaseosas + Contenido mínimo de Nitrógeno mineral en el suelo al final del cultivo) – (Aporte por residuos de cosecha + Contenido de Nitrógeno mineral en el suelo al inicio del cultivo + Mineralización de la materia orgánica del suelo + Mineralización de las enmiendas orgánicas + Aporte con el agua de riego).

La aplicación de este balance para determinar las necesidades de abonado tiene el inconveniente de que requiere conocer términos que son difíciles de determinar (lixiviación, pérdidas gaseosas, inmovilización). Por eso, en la práctica, conviene aplicar un balance simplificado en el que sólo se tienen en cuenta los términos más importantes:

Dosis de fertilizante
= (Extracción de Nitrógeno por la planta + Contenido mínimo de Nitrógeno mineral en el suelo al final del cultivo) – (Aporte por residuos de cosecha + Contenido de Nitrógeno mineral en el suelo al inicio del cultivo + Mineralización de la materia orgánica del suelo + Mineralización de las enmiendas orgánicas + Aporte con el agua de riego).

Dado que en este balance simplificado se ignoran las pérdidas por lixiviación, las pérdidas gaseosas y la inmovilización, es aconsejable aumentar las dosis de fertilizante calculadas un 10-20 %. A continuación se describe cómo se determinan cada uno de los términos del balance simplificado:

La extracción de Nitrógeno por la planta para la producción esperada se puede calcular empleando los valores que aparecen los datos de extracciones en la subcategoría del correspondiente cultivo.

El contenido de Nitrógeno mineral mínimo en el suelo al final del cultivo en la mayoría de los cultivos oscila entre los 30 y 60 kg N/ha (en la capa 0-60 cm). En el caso del brócoli temprano, la coliflor, el puerro, la cebolla y la espinaca, los valores oscilan entre 60 y 90 kg N/ha.

El aporte de Nitrógeno en los residuos de cosecha se puede estimar utilizando los datos que figuran en los apartados del cultivo correspondiente, teniendo en cuenta que el N de estos residuos tiene que mineralizarse (convertirse en amonio y nitrato) antes de estar disponible para las plantas. Entre el 40-80% de este N puede estar disponible para el cultivo al cabo de 2-3 meses, si estos residuos se incorporan al suelo.

El contenido de Nitrógeno mineral del suelo al inicio del cultivo suele ser elevado y, por tanto, su determinación es importante. Esta determinación se realiza mediante muestreo de suelo y análisis de nitrato y amonio. En el caso de que no se tenga una medida del N mineral del suelo al inicio del cultivo, se pueden hacer aproximaciones para estimar este valor, teniendo en cuenta el cultivo anterior, ya que hay cultivos que suelen dejar poco N mineral residual en el suelo al final del cultivo, mientras que otros dejan cantidades elevadas. La cantidad de N mineral residual también depende de la cantidad de fertilizante que se haya empleado en el cultivo anterior en comparación a sus necesidades.

El aporte de Nitrógeno por mineralización de la materia orgánica o humus del suelo, se puede estimar utilizando los valores de aportación de la Materia orgánica, de acuerdo con el contenido de materia orgánica del suelo y su textura.

El aporte de Nitrógeno por mineralización de las enmiendas orgánicas se calculará teniendo en cuenta la riqueza en N de la enmienda aplicada y la velocidad de mineralización.

El aporte de Nitrógeno con el agua de riego se calcula a partir del agua aplicada y de su concentración de nitrato, teniendo en cuenta que el nitrato tiene 22,6% de N. El contenido de amonio en el agua de riego es despreciable, excepto cuando se emplean aguas residuales depuradas. Se debe contemplar las aportaciones en nitrato del agua de riego en función de su contenido en N y de la dosis de riego utilizada.

Abonado con Nitrógeno en Cultivos Hortícolas – Cálculo de Dosis fertilización – Recomendaciones