Agricultura familiar, una tendencia que crece

En los ultimos años, el interes por las huertas avanzo sobre las ciudades y algunos campos cercanos a las grandes urbes. La tradicion de estos espacios verdes vuelve con fuerza y en nuevos formatos. En esta nota, la experiencia de un productor, los consejos para armarla y algunos comentarios para incorporar lo organico a la mesa de todos los dias.

Sedosos tomates cortados en finas rodajas, un par de hojas frescas con todo el perfume de la albahaca, unas gotas de aceite y otras tantas de vinagre, una pizca de sal. Recien salidos de la huerta, los ingredientes mezclados en el bol ya estan listos para ir a la mesa. Esta rutina envidiable, repite todos los dias Abelina, la jefa de la cocina, de la huerta y de su hogar.

Desde hace ocho años que vive con su marido Jorge y sus tres hijos en una precaria casa, a orillas de la ruta 146, a menos de diez kilometros del centro de San Luis. Vinieron de Potosi, Bolivia. El se dedica a fabricar ladrillos mientras ella es la de las manos verdes, la encargada de cuidar la huerta, un sector de mas de cien metros cuadrados, metido en medio del monte plagado de jarillas y algarrobos.

«Empezamos con pocas plantitas de tomate, aji picante y otras cositas mas, hasta que la asistente social nos dio las semillas para hacer los almacigos y ahi pudimos agrandarla», recordo Jorge sobre el inicio del vergel de donde sacan las verduras que necesitan. La salita de salud fue la que los puso en contacto con Pro Huerta, un programa del INTA que incentiva la creacion de huertas familiares, dan semillas y hacen el seguimiento —todo en forma gratuita— para mejorar la sustentabilidad y la calidad alimentaria de sus miembros.

Con un poco de asesoramiento de los tecnicos, un par de semillas, y toda la voluntad de sus dueños, ahora en una tupida huerta conviven tomates cherrys, peritas y redondos, berenjenas, maiz dulce, cebolla, cebollita de verdeo, pimientos, lechugas de distintos tipos, zanahorias y pepinos, entre otras verduras que lucen rozagantes.

Comen rico, sano y con el sabor inalterable de lo fresco. Tenerla en el fondo de su casa no solo cambio el sabor de sus comidas sino tambien la profundidad de sus bolsillos. «Ahora compramos muy pocas verduras porque usamos todo lo que tenemos aqui. Hubo un invierno que no plantamos nada y sentimos no haber tenido la huerta», comento Jorge.

Incluso podrian comenzar a explotar una veta comercial, aunque por ahora prefieren seguir como estan: «A veces vienen vecinos para comprar un atadito de verdura determinada, pero tendriamos que agrandar la superficie», agrego.

Lo curioso es que no requiere de mucho esfuerzo, solo voluntad. «Es como todo, hay que dedicarle unos minutos al dia y sale, pero la verdad es que no cuesta trabajo. Ademas, aca se da todo», afirmo Jorge, conocedor que cuenta con una gran ventaja: la geografia puntana.

Asi por lo menos lo aseguro uno de los encargados del programa del INTA y asesor de la huerta de Abelina y Jorge, el ingeniero agronomo Esteban Suarez Folari: «Por mi experiencia, a lo largo y a lo ancho de todo el territorio de la provincia es posible lograr una buena huerta. Tenemos beneficiarios del programa en distintas latitudes y de toda la geografia y puedo decir que en el este, oeste, norte y sur se puede hacer».

Segun dijo, San Luis cuenta con un extraordinario clima para las hortalizas. Nada tiene que envidiarle a sus vecinas como Mendoza, San Juan, o mas al norte Tucuman y Salta. Aunque quizas si se extrañe esa cultura entrañable de las casaquintas que enmarcaban a la capital puntana, de patios partidos con frutales, hortalizas, y gallineros.

Pero algo paso y esa tradicion se perdio. Para Suarez Folari hubo tres factores: el recambio generacional que no conservo esa costumbre, los sistemas de riego por canales que terminaron tapados por la ciudad y poca predisposicion para conservar lo propio. Evidentemente cambiaron los tiempos de la gente, pero el INTA esta para ayudar, dijo Folari.

Pero la tendencia esta virando otra vez y crecio el numero de interesados de todos los sectores en fundar su huerta. Ya sea por los aires generacionales nuevos o por una conciencia saludable mas presente, las huertas empiezan a volver a los centros urbanos. En algunos casos vienen en formatos renovados, como las colgantes que se colocan en las paredes; en otros, con el esquema tradicional.

«Es impresionante como estos ultimos años y de manera creciente, cada vez mas gente esta volviendo a la produccion», aseguro el ingeniero, quien detallo que el interes en muchos casos no esta puesto en los beneficios economicos para el hogar, sino en la revalorizacion de lo organico, lo saludable, incluso hasta lo terapeutico.

No hay recetas, solo algunos pasos para evitar tropezones y una buena dosis de voluntad. Todo es cuestion de esfuerzo. Para empezar con una huerta solo hay que proponerselo. «No es dificil, con ganas se puede tener huerta en invierno y verano. Solo se necesita un poquito de dedicacion», sentencio Folari. Habra que hacerle caso al entusiasmo, porque segun los que tienen experiencia, ahi esta la clave.

Algunos tips

En las ganas esta la clave del exito. Pero mas alla de lo personal, en lo fisico y real se necesita: tierra de la buena que tiene que estar nivelada, pala, pico y semillas. Un cerco que la proteja de agresiones externas, en caso de que se haga a campo, o una maceta para los espacios reducidos de la ciudad.

En todos los casos, «siempre tiene que estar en un lugar con sol —preferentemente orientada hacia el norte—, bien ubicada, que le de la lluvia o bien garantizarle el agua», aseguro Juan Pablo Suarez, jefe del programa Arraigo Rural que trabaja en conjunto con el proyecto «Cultivando nuestra tierra» del Ministerio del Campo.

Las semillas son baratas, para tener un poco de todo con 100 pesos ya se puede armar. «Es una pequeña inversion que nos reditua con creces, porque un kilo de tomate en la verduleria hoy esta alrededor de los 30 pesos, y cuatro plantines ya te dan seis kilos, es decir que en definitiva te sale mas barato», agrego. La otra opcion seria acercarse al Programa Pro Huerta del INTA o a «Cultivando nuestra tierra», que dan las semillas y algunos insumos en forma gratuita.

Para febrero ya se pueden empezar a hacer los almacigos de otoño-invierno, y en invierno-primavera se preparan las especies que son de verano. El calendario de hortalizas esta disponible on line en «El Manual de cultivos para la huerta organica familiar» del INTA, un libro de 140 paginas que detalla el clima, el suelo, la forma y la epoca de siembra, las variedades, el cuidado y la cosecha de mas de 30 especies.

El almacigo es una pequeña porcion de tierra en donde se desparraman las semillas para que den pequeños plantines que luego seran trasplantados a la huerta. El lugar debe estar separado de la huerta, en un lugar de buena tierra, no muy grande, plano. La tecnica es muy simple: hay que desparramar las semillas y luego pasar la mano. «No hay que confundirse con plantarlas o enterrarlas demasiado porque las semillas son muy pequeñas y de estar enterradas no pueden germinar», agrego Folari. A los 8-10 centimetros hay que sacarlos y trasplantarlos para que comiencen a crecer las hortalizas.

El sitio tiene que estar libre de malezas, y ya en pleno desarrollo de la huerta hasta la cosecha hay que mantenerlo limpio. Para eso estan las asociaciones beneficiosas, como las de las aromaticas con algunas hortalizas, que hacen de repelente natural de plagas. Es el caso de la albahaca con el tomate, por ejemplo. Si no estan los preparados naturales de ajo o «las bolitas amarillas que larga el arbol paraiso».

«Es simple, se recoge un puñado, se las deja macerar en agua tres o cuatro dias y despues con un pulverizador se aplica en las plantas. Esto previene que tengamos ataque de pulgones o cochinillas y lo bueno es que no es toxico, uno lo lava y no hay problemas», indico Suarez Folari. Segun explico, el olor y el PH que genera el macerado hacen que la plaga no se acerque, por eso es un metodo meramente preventivo, que se puede aplicar semanalmente o cada diez dias. «Si no, una vez que la plaga entra, ahi ya hay que pensar en aplicaciones quimicas».

FUENTE: eldiariodelarepublica.com