La Agricultura Inteligente o Smart Agro

El concepto “Smart Agro” o “Agricultura Inteligente” no es ni más ni menos que la consecuencia de la irrupción de las Técnicas de la Información y la Comunicación (TIC), y en particular de la revolución digital, que conlleva una transformación de la industria agroalimentaria, ganadera, pesquera, rural y forestal, entre otras, con el objetivo de obtener una producción más eficiente, con mayores niveles de calidad y control, así como menores impactos medioambientales, alterando en algunos casos, las reglas de juego en las cadenas de valor y en la relación con el comprador final.

En otras palabras, la monitorización, actuación en tiempo real y visualización georreferenciada de datos de los activos del campo, de la producción y de la industria de transformación, desarrollando nuevos modelos de negocio, para mejorar los procesos operativos y ahorrar costos, haciendo de él un campo inteligente, tanto para los grandes como para los pequeños productores de cultivos tradicionales, hortalizas, cítricos o inclusive especies forestales.

Los cambios tecnológicos han ido conformando poco a poco el comportamiento social de las personas. El uso de tractores y máquinas en el ámbito agrícola, supuso un cambio de paradigma para el sector agropecuario hace pocas décadas, al igual que la revolución industrial a partir de finales del siglo XVIII, propiciada por la aparición de la máquina de vapor, supuso la primera gran transformación, que modificó el devenir de la humanidad.

En fin, en innegable que la digitalización del campo ha comenzado. Nuevas tecnologías, aplicaciones, dispositivos para mejorar el rendimiento de las siembras están ya en manos de grandes y medianas empresas agroalimentarias,  sin embargo, todavía está pendiente que la mayoría de los pequeños  productores también tengan acceso y se beneficien de lo que significa ser parte del “Smart agro”.

Las empresas agroalimentarias se suman a la nueva era tecnológica con el uso de aplicaciones informáticas que les permiten rentabilizar mejor sus decisiones; sin embargo, la verdadera digitalización del sector agropecuario solo llegará cuando su uso se generalice entre los pequeños productores.

Lamentablemente el tema de la digitalización en el campo no es aún una prioridad para los gobiernos, a pesar de existir preocupación en el tema a nivel global. Prueba de ello es la escasa o nula información existente en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el sector rural.

Una de las principales problemáticas radica que en zonas rurales es difícil tener acceso a internet, sin embargo, el mundo digital hoy en día abre un sin número de oportunidades para el emprendimiento e innovación. Se habla cada vez más sobre el concepto “Internet de las cosas”  donde todo está interconectado digitalmente a través de esta tecnología. De ahí también que se mencionan diferentes oportunidades y aplicaciones innovadoras a través del concepto smart agro o agricultura inteligente.

En este área pueden encontrarse diversas aplicaciones que van desde el uso de herramientas TIC de bajo costo, de rápida implementación y fácil uso, para ser utilizadas a nivel de la pequeña y mediana agricultura. Y en el opuesto se encuentra la implementación de sistemas sofisticados y de alto costo, que a su vez son de uso intensivo, como es el caso de la recopilación de datos, procesamiento e interpretación de éstos, aplicación de variables mediante el uso de GPS y de Sistemas de Información Geográfica basado en el empleo de información satelital, donde hablamos de agricultura de precisión, que se dirige más bien hacia los grandes productores.

Gracias a estas aplicaciones tecnológicas innovadoras es posible contar con información rápida y precisa que permite controlar de forma eficiente y oportuna las diferentes exigencias de cada cultivo, con el objetivo de alcanzar mejores rendimientos basada en una mejor gestión de la explotación agrícola.

Ahora bien estas mismas oportunidades se abren para los pequeños productores de zonas rurales, donde existe la esperanza para que los jóvenes adopten las nuevas tecnologías a través de aplicaciones sencillas en sus teléfonos celulares, drones y tabletas electrónicas.

Evidentemente existen algunos desafíos importantes que permitan reconquistar a las nuevas generaciones de productores rurales y de mostrarles las enormes posibilidades que les ofrece el uso de las nuevas tecnologías canalizadas a fortalecer el sector