La genetica en la actividad agropecuaria

En las actividades agropecuarias, cualquier característica medible (rendimiento de un cultivo, altura de la planta, número de frutos por planta, producción de leche en vaca o búfala o cabra, rendimiento en canal de ganado bovino, porcino, caprino u ovino, producción de huevos en aves, etc.) es denominada fenotipo, y viene dada por un componente genético (por el ADN del organismo que lo lleva) y un componente ambiental (todos los factores externos al organismo que influyen sobre el fenotipo, como por ejemplo clima y tipo de suelo en cultivos, clima y alimentación en animales, etc.). Para el manejo óptimo del componente ambiental en cultivos existen las disciplinas de riego y manejo del agua, nutrición mineral, manejo de malezas, plagas y patógenos, etc., mientras que para la producción animal existen disciplinas como nutrición animal, manejo sanitario del rebaño, etc. Para el manejo del componente genético, la disciplina utilizada es la genética.

La genética es definida como la rama de la biología encargada del estudio de las entidades responsables de la herencia y de la forma como esta última funciona, conociendo que herencia es la transmisión de caracteres desde los padres hasta su descendencia, y que las entidades responsables de la herencia son denominadas genes, los cuales no son mas que segmentos de ácido desoxirribonucleico (ADN).

La genética, como cualquier área del conocimiento, puede ser clasificada según el objeto de estudio particular que tenga, es de esta manera como surge la genética molecular, que se centra en el estudio de la molécula del ADN así como en los procesos que se dan sobre o a partir de ella; la genética clásica o mendeliana, cuyo objeto de estudio es el entendimiento de los mecanismos que rigen la herencia de caracteres determinados por solo un gen partiendo de cruzamientos planificados; la genética poblacional que estudia la variación en tiempo y espacio de las frecuencias de los genes en una población; y la genética cuantitativa que estudia la herencia de caracteres complejos que son determinados por la acción de muchos genes a la vez.

Los cuatros campos de acción de la genética (molecular, clásica, poblacional y cuantitativa) son empleados en los beneficios que tiene la agricultura por el uso aplicado de esta rama de la biología. En agricultura, el fin último y aplicado de la genética es la obtención de nuevos cultivares, proceso que coloquialmente es conocido como la obtención de nuevas semillas. En la actividad pecuaria la genética aborda la generación de nuevas razas de especies animales. Bien sea para la obtención de nuevas semillas o para la obtención de nuevas razas, uno o varios de los campos de acción de la genética han actuado o tienen que actuar. Al pensar en el origen de la actividad agropecuaria hace miles de años mediante la domesticación de las especies, la genética poblacional permite explicar el proceso mediante los cambios que hubo en la estructura de la población lograda por la selección. Nuestros ancestros, al seleccionar lo que era de su gusto fueron cambiando la estructura genética de alguna especie en particular, llevándola hasta el grado de domesticación que actualmente se conoce. Este principio del cambio en una población como consecuencia de la selección, es actualmente utilizado en los programas de mejoramiento genético convencional, cuya principal herramienta de conocimiento son los principios de la genética poblacional. En la actualidad, se conoce que existen características llamadas monogénicas (determinadas por solo un gen y que prácticamente no tienen influencia ambiental) y otra llamadas poligénicas (determinadas por varios genes a la vez y con una alta influencia ambiental), así que, con el conocimiento de la genética poblacional y de la genética clásica de pueden mejorar características determinadas por solo un gen en poblaciones vegetales o animales (color de la semilla, resistencia a enfermedad, color de pelaje en animales, etc). De manera análoga, con el conocimiento de la genética poblacional y la genética cuantitativa, se pueden mejorar características poligénicas (rendimiento en cultivos, producción de leche, producción de carne, producción de huevos) obteniendo de esta manera nuevas semillas (en plantas) o nuevas razas (en animales) que satisfagan las necesidades del productor agropecuario y/o del consumidor final. El conocimiento que se ha logrado en la genética molecular ha permitido diseñar  técnicas que permiten una mayor eficiencia en el proceso de selección dentro de una población variable. También, la genética molecular ha permitido crear los organismos genéticamente modificados (OMG) {anteriormente popularizados como organismos transgénicos) los cuales ocuparon para el año 2015 poco mas de 180 millones de hectáreas en 28 países.

La actividad agropecuaria es compleja y altamente riesgosa, es por esto que su planificación y desarrollo debe abordar distintas áreas del conocimiento. Mediante la genética se obtiene el material que será la primera garantía de éxito en el proceso productivo, ya que será una buena semilla en el cultivo, o una buena raza en la producción animal, los primeros garantes del éxito en la actividad orientada a la producción de alimentos de origen vegetal o animal.

Ing. Agr. Hernán E. Laurentin T. (M. Sc., Ph. D.)