La propagación in vitro de plantas para la horticultura

El florecimiento actual de la horticultura es una muestra de la forma en  que la conjugación de tecnologías y recursos fitogenéticos, desarrollados por nuestros antepasados a lo largo de la historia de la humanidad con los recientes avances biotecnológicos, afectan positivamente la producción. Como fruto de esta interacción han surgido aplicaciones científicas y comerciales que resultaban irrealizables hace algunas décadas. Entre ellas resalta el cultivo in vitro de plantas. Esta ha pasado a ser una herramienta indispensable en procesos de investigación científica, entre los que destacan la mejora genética de cultivos; así como la conservación de recursos fitogenéticos y biodiversidad por medio de bancos de germoplasma in vitro. Por otra parte, en el aspecto comercial resalta la producción de propágulos de alta calidad por medio de la multiplicación masiva in vitro de variedades selectas. Es una disciplina que ha captado la atención de los investigadores, de allí el enorme incremento del espectro de materiales vegetales en que es aplicable.

Se han identificado factores de origen externo que determinan el éxito de los procesos de cultivo in vitro. Resaltan aquellos relacionados al ambiente de cultivo como luz, temperatura, ausencia de patógenos, etc., y los componentes del medio de cultivo. Además están los de origen interno, como la constitución genética de la planta, el estado de desarrollo al momento de iniciarse el proceso y la presencia de organismos contaminantes.

Cuando la propagación de un cultivo se lleva a cabo en ambiente in vitro se denomina micropropagación. Ésta es una herramienta exitosa en la  mayoría de las especies, aunque de forma particular, algunos vegetales presentan inconvenientes de consideración. Por ello se les denomina recalcitrantes. El fallo en la adaptación a la propagación in vitro puede ser atribuido a diversas razones. Otras plantas atraviesan exitosamente todas las fases de laboratorio, pero presentan dificultades considerables en el momento de vuelta al ambiente de vivero. Tales problemas restringen la aplicabilidad de la micropropagación en horticultura y forestales.

El desarrollo de los vegetales en el ambiente de cultivo in vitro está expuesto a una serie de condiciones particularmente benignas que no existen en los ambientes de crecimiento natural y que suprimen estímulos externos indispensables para el desarrollo normal. Tal es el caso de las oscilaciones naturales en la disponibilidad del agua y el efecto de los vientos. Esto causa la aparición de defectos y anormalidades anatómicas y fisiológicas que afectan los mecanismos de regulación hídrica y fotosíntesis, que en definitiva dificultan la adaptación al ambiente ex vitro.  El incremento en la mortalidad y el retraso en la tasa de crecimiento suelen ser las alteraciones más importantes que sufren las vitroplantas durante la adaptación de vuelta al vivero o aclimatización. Ello origina retardos en los programas de mejora genética, amenaza a la integridad de las colecciones en los programas de manejo in vitro de recursos fitogenéticos, costos adicionales en equipos e infraestructuras refinadas para la aclimatización y pérdidas económicas para los propagadores comerciales.

Las técnicas de micropropagación son de inestimable valor para el mantenimiento y el desarrollo de una horticultura tecnificada. Suministran propágulos con identidad definida, estables desde el punto de vista genético, con desarrollo sincronizado, bien nutridos y libres de plagas y enfermedades. Resta continuar la investigación para incorporar a las especies recalcitrantes y para mejorar el proceso de aclimatización. El camino de las biotecnologías ligadas a la micropropagación aún tiene mucho por recorrer.

Dr. Ing. Agr. Jhonathan Torres A.