Manual para el control de plagas en cultivos de agave

Considerado en México no sólo como un cultivo importante, sino también como un símbolo cultural, base de la fabricación del tequila, una tradicional bebida mexicana y uno de los principales productos exportados por el país, es necesario contar con una guía para el control de plagas en cultivos de agave.


Escarabajos, chapulines y gusanos se encuentran entre los insectos que pueden invadir una plantación de este emblemático cultivo y provocar daños importantes para el empresario agrícola. Hoy, los revisamos y te compartimos las principales alternativas para el manejo adecuado.


picudo-del-agave


Vista lateral de Scyphophorus acupunctatus (Picudo del agave)


Se trata de la principal plaga del agave pulquero, tequilero y mezcalero. En México se le encuentra desde Baja California Sur hasta Veracruz y Oaxaca, debido a sus hábitos alimenticios.


Tanto larvas como adultos causan daños directos e indirectos en los cultivos; el daño directo ocurre al alimentarse del tejido de la planta, mientras que el indirecto ocurre cuando un fitopatógeno penetra fácilmente por una herida provocada por esta plaga y produce una enfermedad.


Las larvas del picudo son de color blanco y tienen el cuerpo estriado y en forma de C. Miden de 1 a 2 cm de largo, tienen la cabeza grande y dura. Cuando es adulto es de color negro intenso (como se ve en la foto), mide alrededor de 1.5 a 2.5 cm de largo, con pico bien desarrollado y encorvado. Completa su ciclo en unos 125 días.


Los adultos se encuentran en la base de las pencas, así como dentro de las piñas, generalmente en aquellas que están en proceso de descomposición debido al ataque de las larvas. El daño inicial se nota por perforaciones en el cogollo y las pencas, causando pudrición.


Lo primero que se debe es limpiar los cultivos, eliminando las plantas infectadas, para evitar focos infecciosos que afecten las plantas sanas; igualmente se deben hacer muestreos para detectar oportunamente los adultos.


No es recomendable abusar de los insecticidas químicos en el control del picudo. La mayoría de estos productos traen consecuencias ecológicas y de salud importantes, y lo cierto es que existe desconocimiento sobre su efectividad, pues no hay muchos estudios al respecto.


Además, el abuso genera resistencia a esta clase de productos, por lo que el uso inteligente y con medida de ellos, en conjunto con otros métodos como el control biológico y el uso de feromonas y trampas, se presentan como la mejor opción para controlar al picudo del agave.


Los insecticidas que han registrado valores de mortalidad más altos en la plaga con respecto del cultivo son: Metomilo, Malatión, Fipronil y Endosulfán, pero, una vez más, lo mejor es usarlos con medida y aprovechar el control biológico.


Otros productos utilizados y las dosis recomendadas se enlistan a continuación:


– Lorsban 480 EM (Chlorpirifos etyl ): 750 ml por hectárea


– Disparo (Chlorpirifos): 750 ml por hectárea


– Arrivo 200 EM (Cipermetrina): 200 ml por hectárea


– Karate (Lamda-cyhalotrina): 250 ml por hectárea


– Mustang max 4S (Zetacipermetrina): 250 ml por hectárea


– Dominex (Alfacipermetrina): 250 ml por hectárea


Por lo regular, las aplicaciones se deben dirigir a la base de las plantas, y solamente si se encuentran perforaciones en el 20% de las plantas.


Existe muy poca información sobre organismos efectivos para el control biológico del picudo del agave, pues los estudios al respecto son limitados.


Debido a ello, este tipo de control suele recomendarse como una complemento al uso con medida de insecticidas químicos y otras estrategias.


Hololepta spp., Placodes ebeninus Lewis, Lioderma yucateca Marseul y L. cacti Marseul son organismas depredadores de larvas de picudo del agave.


El parasitoide Alienoclypeus insolitus Shenefelt (Hymenoptera: Braconidae) también es útil como método complementario en el control de esta plaga.


Finalmente, para el control de adultos de picudo del agave, se recomienda utilizar hongos entomopatógenos como Beauveria bassiana, Metarhizium anisopliae, Verticillium
spp., y los nemátodos: Heterorhabditis bacteriophora y Steinernema spp.


gallina-ciega


Adulto de phyllophaga spp (Gallina ciega)


Se trata de un grupo de especies de escarabajo, cuyo cuerpo de color café, puede variar desde un tono amarillento a rojizo, o bien uno oscuro a grisáceo. Miden unos 2 cm de longitud en promedio, aunque pueden ser un poco más grandes, dependiendo de la especie.


Las larvas tienen una característica forma de «C», y son de color blanco semitransparente. Su cabeza es de un color rojizo o marrón, y tienen unas notorias y fuertes mandíbulas. Pueden llegar a medir hasta 7 cm de largo, dependiendo de la especie.


gallina-ciega-larva


Las características más notables de las larvas de gallina ciega son: Cuerpo de color blanco cremoso y semitransparente en forma de «C» y mandíbulas visibles en color marrón o rojizo.


Durante su etapa larval, la cual consiste en 3 estadíos, se alimentan de materia orgánica y de las raíces tiernas de la planta, durante 20 a 60 días. Provocan daños especialmente importantes durante la etapa larval mayor, pues es cuando están más activas y se alimentan de manera voraz.


La gallina ciega afecta plantaciones de agave de entre 1 y 3 años de edad


Los síntomas del daño por gallina ciega se presentan con un amarillamiento generalizado de la planta, que posteriormente se marchita y se acigarra, mientras la larva se alimenta del sistema radicular, reduciéndolo y acabando con la vida de la planta.


Primeramente, las prácticas preventivas siempre serán la mejor estrategia. El arado de la tierra después de la cosecha permite exponer las larvas y los huevos a los rayos solares y la depredación.


Es importante notar que no todas las especies de gallina ciega se comportan como plagas para el cultivo. El agricultor puede verse en dificultades para aplicar los métodos de control prudentes debido a que es necesario identificar la especie en cuestión mediante un muestreo.


Se recomienda aplicar insecticidas granulados junto a la semilla al momento de la siembra y complementar con otras estrategias como las trampas de luz y el control biológico.


En México, los insecticidas más utilizados para el control de gallina ciega son: Terbufos, Clorpirifos, y Carbofuran. También se recomienda usar Teflutrina e Imidacloprid (el cual es bastante soluble, lo que permite aplicarlo a través del sistema de riego). Las dosis recomendadas son:


– Triunfo T (Terbufos): 20 kg por hectárea


– Lorsban 5% (Clorpirifos): 20 kg por hectárea


– Furadan 5% G (Carbofuran): 2 L por hectárea (Se debe impregnar bien la base de la planta con el insecticida al momento de realizar la plantación.)


El riego es vital para la efectividad en este tipo de control, pues permite alcanzar las profundidades en donde se encuentran las larvas.


Para control biológico, la bacteria Bacillus popilliae, el nematodo Heterorhabditis bacteriophora, y los hongos entomopatógenos Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae son los microorganismos más recomendados para el control natural de gallina ciega.


escarabajo-rinoceronte


Adulto de Strategus aloeus macho, con tres proyecciones en el pronoto, su principal característica visual.


Su cuerpo es de color pardo oscuro, casi negro, y brillante, aunque en ocasiones, la cabeza, el pronoto y lo élitros presentan un color rojizo. Las larvas son de color blanco grisáceo y tienen la cabeza de color marrón oscuro a rojiza. Son más grandes y menos curvas que las larvas de gallina ciega.


Los adultos provocan daños al crear orificios de entrada en el suelo, muy cerca de la planta, esto para alimentarse de las raíces y los tallos y, posteriormente, barrenar hasta llegar al fruto, dejando una galería del tamaño de su cuerpo que detiene el crecimiento de la planta, y puede provocar su muerte.


Las larvas se desarrollan en los troncos en estado de putrefacción, y alcanzan su desarrollo completo durante 2 años.


Las plantaciones jóvenes son las más propensas a sufrir una invasión de escarabajo rinoceronte, aquellas con menos de 3 años, aunque también puede atacar a las mayores. Se les suele observar a partir del inicio de las lluvias.


Lo primero es realizar un monitoreo con trampas de luz. Los insecticidas recomendados en caso de detectar una invasión se enlistan a continuación. Se deben aplica dosis de 200 L de agua (considerando 2 ha = 7.000 plantas) al inicio de la siembra y asegurarse de impregnar bien la raíz y la parte inferior de la piña.


– Semevin 350 S (Thiodicarb): 2 L por hectárea


– Furadán 350 (Carbofurán): 2 L por hectárea


– Marshall 250 CE (Carbosulfan): 2 L por hectárea


– Arrivo 200 EM (Cipermetrina): 250 ml por hetárea


– Dominex (Alfacipermetrina): 250 ml por hectárea


– Mustang max 4S (Zetacipermetrina): 250 ml por hectárea (debe ser aplicado en  la base de la planta y en los agujeros con abundante agua)


En cuanto  al control biológico, de modo experimental se están evaluando aplicaciones del hongo Metarhizium anisopliae contra las larvas.


Otras alternativas son la limpieza del terreno, cajeteo e inundación con agua y calidra común en las plantas infestadas.


escarabajo-funerario


Acanthoderes funeraria (Escarabajo funerario) adulto. Fácilmente reconocible por su cuerpo moteado en la parte dorsal.


También llamado cerambicido del agave. Cuando es adulto su color es negro con manchas blancas en la región dorsal. Sus larvas son de color blanco cremoso, con mandíbulas claramente visibles y un cuerpo más ancho en la parte anterior que en la posterior.


Los adultos se alimentan en la base de las pencas, raspando el tejido en donde las hembras posteriormente depositarán loas huevos. Al eclosionar, las larvas se alimenta del tejido muerto, barrenan la base de las pencas y pueden destruir la base del tallo.


Cuando es adulto es muy sensible a los insecticidas, por lo que se recomienda utilizar casi cualquier producto y aplicarlo con medida para no crear resistencia.


Basta con monitorear la aparición de adultos y usar insecticidas de ligera toxicidad. La intención es evitar que ovipositen, pues el daño de la larva es mayor que el del adulto, y los insecticidas no son muy efectivos para el control de la plaga en ese estado.


piojo-harinoso


Así es como se ve una colonia de Pseudococcus agavis (algodoncillo) en el cultivo.


También conocido como algodoncillo, se le considera una importante plaga en plantaciones jóvenes, pues puede perjudicar el crecimiento y el descogolle. Puede presentarse atacando el área radicular, la base de las hojas e incluso las del cogollo.


Es bastante más pequeño que las plagas anteriores, su cuerpo ovoide está cubierto por algodoncillo blanco. Se les encuentra en colonias numerosas en el cogollo, lo que les hace fácilmente visibles e incrementa su aspecto algodonoso.


Como se mencionó antes, es capaz de afectar el crecimiento de la planta y el descogolle. Es especialmente peligrosa porque es capaz de alimentarse de prácticamente toda la planta, desde el cogollo, hojas tiernas, la base de las pencas, el mesontle e incluso el área radicular, en donde se le suele encontrar durante las épocas frías succionando la savia, provocando la «falsa madurez» al amarillarse la piña a pesar de no estar completamente desarrollada.


Cuando la infestación es baja y las poblaciones no son muy altas, recomienda aplicar aceite mineral o detergente en polvo para pueden reducir sus densidades. Esto disminuirá su establecimiento en los hijuelos.


Además, cuando el cogollo está abierto y la plaga expuesta en campo, las aplicaciones de suavizante al 0.5%, detergente en polvo al 0.5 % o calidra micronizada al 3% han proporcionado muy buenos resultados.


Los insecticidas más recomendados para el control del algodoncillo en cultivos de agave se enlistan a continuación:


– Lorsban 480 EM (Chlorpirifos etyl): 750 ml por hectárea


– Arrivo 200 EM (Cipermetrina): 200 ml por hectárea


– Mustang max 4S (Zetacipermetrina): 250 ml por hectárea


Estos deben ser aplicados cuando las hojas de la parte superior de la planta presentan un 40% o más de cobertura por esta plaga.


escama-armada


Presencia de escama armada en una planta de agave.


Catalogada como una plaga importante en plantaciones de agave, la escama armada, conocida también como roña, es un insecto frecuente en este tipo de plantas.


Tiene el cuerpo cubierto por una capa cerosa, de forma circular y color marrón. Provocan daños en ambos lados de las pencas, ya que succionan la savia de éstas y generan excresencias líquidos azucarados, en los que crece el hongo fumagina (Capnodium spp), el cual afecta los procesos fotosintéticos de la planta.


Al observar que las hojas de la parte superior de la planta presentan un 40% o más de cobertura por esta plaga, se debe aplicar un insecticida. Los productos más recomendados se enlistan a continuación:


– Lorsban 480 EM (Chlorpirifos etyl): 750 ml por hectárea


– Disparo (Chlorpyrifos): 750 ml pot hectárea


– Arrivo 200 EM (Cipermetrina): 200 ml por hectárea


– Karate (Lamda-cyhalotrina): 250 ml por hectárea


– Mustang max 4S (Zetacipermetrina): 250 ml por hectárea


– Saft-T-Side (Aceite parafínico de petróleo): 1 L por hectárea


Para combatir la plaga en sus formas caminantes, se recomienda el uso de aceites parafínicos a base de petróleo.


También tienen un gran número de enemigos naturales, entre depredadores y parasitoides.


Para su control biológico, usar cepas de Beauveria bassiana ha dado buenos resultados en campo. También se recomienda al parasitoide Ablerus elegantulus Howard y a coccinélidos de los géneros Scumnus y Stethorus.


chapulin


Los chapulines son una plaga voraz. Es recomendable estar atentos a las alertas para prevenir.


Los también llamados «saltamontes» son una plaga voraz, que puede ser vista mientras se acerca progresivamente hasta invadir las plantaciones.


Se alimentan de las hojas tiernas y suculentas en hijuelos y plantas jóvenes, provocando graves daños. Son especialmente peligrosos cuando su única fuente de alimentación es el agave, pues son capaces de provocar daños catastróficos en la plantación.


Primeramente, se recomienda estar al pendiente de las alertas por esta plaga, para tomar medidas preventivas adecuadas.


Aplicar insecticidas en los primeros estadios ninfales es la recomendación para el control químico. Estos deben ser aplicados en el follaje del agave, o bien, de manera directa sobre las áreas en donde haya ninfas. Algunos productos recomendados son:


– Arrivo 200 EM (Cipermetrina): 200 ml por hectárea


– Karate (Lamda-cyhalotrins resultados con una cepa específica de Metarhizium anisopliae.


Para concluir debemos resaltar la importancia que tiene el agave como cultivo en México, como dijimos al principio se trata de un asunto cultural, y es muy importante conocer las causas de las enfermedades que los afectan, tanto a nivel de patógenos y fisopatías, como a nivel de control de plagas, para que los cultivos se desarrollen satisfactoriamente y nuestra tequila se mantenga.

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