¿QUÉ ES LA MALEZA Y POR QUÉ SE CONSIDERA MALA?

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) se considera maleza a todas las plantas que interfieren con la actividad humana en áreas cultivables y no cultivables1.

No se trata de cualquier tipo de hierba que crezca, ni de aquella que no conozcamos o que luzca mal; incluso hay algunas que son medicinales, aromáticas o comestibles. Pero entonces, ¿cómo distinguirla? ¿hay malezas buenas y malezas malas?

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Al tratarse de un término tan relativo que incluye todo tipo de plantas, se ha acordado considerar a la maleza como aquellas especies que crecen en forma silvestre cuando no se espera que estén ahí, compitiendo con el cultivo por luz, agua y nutrientes.

¿POR QUÉ SON MALAS?

Se considera que la maleza es mala porque son indeseables y constituyen un componente del complejo de plagas que atacan a los cultivos. Dañan los sistemas de producción y afectan los procesos industriales y comerciales de los alimentos.

A pesar de ser riesgos naturales, algunas de las afectaciones que producen son:

  • Albergan insectos y patógenos dañinos a las plantas cultivables.
  • Aumenta los costos de operaciones por obstruir el proceso de cosecha.
  • Las semillas de la maleza contaminan la producción.
  • Su presencia reduce la eficiencia de la fertilización
  • Incrementa los gastos en irrigación.
  • Facilita la existencia y crecimiento de otras plagas.
  • Su genética puede resultar tóxica para los cultivos.
  • Además, existen casos registrados en los que el control retardado o mal ejecutado provoca la migración de insectos que la habitan en áreas cercanas, produciendo más daños y más difíciles de controlar.

En el caso de las malezas acuáticas pueden:

  • Obstruir la corriente del agua.
  • Ocasionar inundaciones.
  • Impedir el drenaje.
  • Deteriorar gradualmente los canales.

CUÁNTO DAÑO PUEDE HACER

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El daño inmediato de la maleza es la pérdida de cosechas. En general se aceptan pérdidas de hasta el 10% del total de la producción; sin embargo, depende de cada país y de cada cultivo la estimación real de las pérdidas. Por ejemplo, en 19803, se hizo una evaluación comparativa en Europa y África que arrojó los siguientes porcentajes de pérdidas en cosechas:

  • Cereal: 7% y 16% respectivamente
  • Arroz: 10.6%
  • Caña de azúcar: 15.1%
  • Algodón: 5.8%

La maleza es mala porque su impacto no solo se mide en pérdidas y reducción de cosecha, también hace estragos a futuro en las tierras de cultivo, el rendimiento agrícola, áreas cultivables y hasta la productividad empresarial. La maleza puede llegar a cambiar tanto el suelo que obliga a los productores a un cambio de cultivo.

Todo lo anterior reduce considerablemente la reducción de ganancias; pero el daño más fácil de medir es el del costo generado por el control de esta plaga, el cual, se incrementa si ésta se propaga fuera de los predios.

La presencia de las malezas puede resultar una amenaza a otras tierras vecinas no infestadas, imponiendo costos también para ellos. De ahí que sea tan importante considerar opciones para su manejo.