¿Qué es la Agricultura Climáticamente Inteligente?

Se estima que la población mundial crecerá un tercio para el año 2050, llegando a un total de 9 mil millones de personas en el mundo. Según la FAO, estos nuevos habitantes vivirán en ciudades dentro de países en desarrollo y para poder satisfacer sus necesidades alimenticias, la agricultura deberá aumentar un 60%.

Sin embargo, aumentos de temperaturas, cambios en los niveles de precipitaciones, incrementos en el nivel del mar y fenómenos meteorológicos más frecuentes y severos afectarán con mayor dureza a los países en desarrollo y a la agricultura. Por este motivo, atenuar los efectos adversos del cambio climático para obtener más alimentos dependen de las decisiones que tomemos y estrategias que adoptemos hoy mismo.

La Agricultura Climáticamente Inteligente (CSA por sus siglas en inglés) es un enfoque propuesto por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que busca ayudar a las personas a responder de manera eficaz al cambio climático. La CSA tiene tres grandes objetivos: aumentar de forma sostenible la productividad y los ingresos agrícolas, adaptarse ante el cambio climático y reducir y/o eliminar la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en los casos que sea posible.

La CSA no es una tecnología o práctica agrícola que se pueda aplicar de manera universal porque cada campo es único. En cada caso, se evalúa e investiga para identificar qué tecnologías y prácticas de producción agrícola son las adecuadas para ese ámbito específico. Por otra parte, la CSA tiene en cuenta el contexto social, económico y medioambiental en el que será aplicada y evalúa las posibles repercusiones sobre energía y recursos locales.

También, se ocupa de evaluar las interacciones entre los distintos actores y las necesidades de las partes involucradas. Para combatir el cambio climático necesitamos buenas prácticas pero además, que los Estados tomen medidas y apliquen políticas que promuevan y colaboren con estas acciones. Desde inversiones financieras y acuerdos institucionales; hasta beneficios y compensaciones para aquellos que empleen buenas prácticas agronómicas.

Por todo esto es importante que apliquemos este y otros enfoques similares. El cambio climático es un desafío que tenemos que sortear entre todos. Desde la Agricultura, podemos adoptar medidas que nos permitan reducir la emisión de GEI como la siembra de cultivos de cobertura que almacenan el CO2 en el suelo o la siembra directa que reduce la labranza y, como consecuencia, el empleo de combustible. 

Tener enfoques de este tipo nos ofrece una nueva oportunidad de transitar el camino hacia el desarrollo agrícola sostenible que use los recursos de forma eficiente y que minimice los riesgos al momento de producir los alimentos. Juntos podemos construir hoy el mundo en el que queremos vivir mañana[1] .

Fuentes:

http://www.fao.org/climate-smart-agriculture/overview/es/

http://www.fao.org/climatechange/37495-0edc2355c27f19ee5cee068a90496add9.pdf

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