La nueva grasa buena esta en la nuez de Macadamia

Un nuevo nombre promete abrirse paso proximamente en las webs, revistas y libros dedicados a garantizarnos salud y una larga vida a traves de lo que comemos. Abran paso al acido palmitoleico, una grasa monoinsaturada omega-7 que esta presente en abundancia en nuestro tejido adiposo y sobre todo en el higado, y que nuestro cuerpo produce a partir del acido palmitico que consumimos en muchos alimentos. La paradoja es que el palmitico pertenece a la lista negra de las grasas saturadas, las que identificamos con el beicon, la mantequilla y las enfermedades cardiovasculares, y en cambio el palmitoleico esta revelando propiedades beneficiosas que los cientificos aun valoran con cautela, pero con optimismo.

La ultima novedad sobre el palmitoleico acaba de publicarse en la revista Science Translational Medicine. Investigadores de la Universidad Bilkent de Ankara (Turquia) alimentaron con una dieta rica en palmitoleico a un grupo de ratones geneticamente propensos a padecer aterosclerosis, esos depositos de placas de grasa en las arterias que las obstruyen y pueden llegar a provocar un infarto de miocardio o un ictus cerebral, entre otras fatalidades. El resultado fue claramente positivo para las arterias de los ratones. Cuando les damos palmitoleico por via oral, el efecto es la supresion de la formacion de aterosclerosis en el sistema vascular, resume a EL ESPAñOL la directora del estudio, Ebru Erbay.

Lo que se conocia hasta ahora sobre el palmitoleico sugeria que esta grasa provoca efectos importantes en el organismo, dado que es un lipido bioactivo; es decir, no es un simple material de relleno de los michelines, sino que actua como una hormona, transmitiendo un mensaje biologico que desencadena una cascada de acciones en el organismo. El problema es que aun se duda de si estos efectos son favorables o dañinos. Todavia hace cinco años, un editorial en la revista European Journal of Lipid Science and Technology advertia de que las funciones del palmitoleico son muy complejas, y que por tanto era dificil valorar el significado biologico de este compuesto.

El palmitoleico solia considerarse un biomarcador o un mediador del sindrome metabolico, porque los niveles de este lipido aparecen aumentados en el cuerpo humano durante este sindrome, explica Erbay. El sindrome metabolico es la enfermedad tipicamente relacionada con la obesidad, la presion arterial elevada y un nivel bajo del llamado colesterol bueno, entre otros signos que actuan como luces rojas en el cuadro de indicadores del riesgo de enfermedad coronaria.

Pero la presencia de un marcador no necesariamente implica que esta sustancia sea un causante de la enfermedad a la que acompaña. Mientras no se demuestre una relacion de causa y efecto, podria ocurrir lo contrario, que la dolencia produjera el aumento del marcador, o que este fuera simplemente una consecuencia colateral sin gran importancia clinica. Estudios previos sugerian que el palmitoleico podria ejercer efectos provechosos, como reducir los sintomas de la diabetes asociada a la obesidad. Asi que Erbay y sus colaboradores decidieron probar cual era la relacion real entre el palmitoleico y uno de los factores clasicos en el sindrome metabolico, la aterosclerosis.

Nuestro estudio apoya la hipotesis alternativa, que este lipido aumenta como una defensa natural contra las grasas malas que invaden el organismo en los casos de obesidad o dislipidemia [alteracion de los niveles de grasas en sangre], concluye Erbay. En otras palabras: si el palmitoleico es una respuesta del organismo ante el deterioro que produce el sindrome metabolico, es logico pensar que desempeñe una funcion protectora, algo que queda demostrado por los resultados del estudio. Y aunque este se haya llevado a cabo en ratones, la investigadora no encuentra ningun motivo para no esperar un efecto similar en humanos. Los estudios indican que el tratamiento en humanos con palmitoleico purificado puede reducir la inflamacion asociada a la progresion de la enfermedad cardiovascular y mejorar la dislipidemia, dice Erbay.

Aceite de bayas y macadamia

La pregunta es inmediata: que debemos comer para ganarnos los posibles favores de esta grasa beneficiosa? Aunque el palmitoleico esta presente en un gran numero de alimentos, el problema es que la mayoria de ellos no son ricos en este lipido, explica Erbay. Se estima que el palmitoleico solo suma un 0,38% de la dieta occidental tipica. En el experimento, los investigadores suministraron a los ratones una cantidad que triplicaba este porcentaje.

Erbay señala que existen dos alimentos especialmente ricos en palmitoleico, pero no se trata de ingredientes clasicos en nuestra dieta: las nueces de macadamia y las bayas anaranjadas del espino cerval de mar (generoHippophae), un arbusto originario de Europa y Asia que puede encontrarse en el norte de la Peninsula Iberica. El aceite de macadamia contiene en torno a un 17% de palmitoleico, mientras que el aceite de bayas de espino cerval puede contener hasta casi un 30% de este lipido. Este ultimo aceite se ha utilizado tradicionalmente en regiones de Asia central con fines medicinales.

Sin embargo, Erbay advierte contra la tentacion de lanzarnos a saquear los estantes de los herbolarios. Como sucede con todos los productos, los aceites de macadamia y de bayas de espino cerval contienen otros ingredientes, y no todos ellos tienen por que ser tan beneficiosos como el palmitoleico. El consumo de estos productos llevaria a un exceso de ingesta de azucares y otras grasas malas, dice la investigadora. Para dosis terapeuticas, es preferible tomar palmitoleico purificado.

Y todo ello teniendo en cuenta que las propiedades del palmitoleico aun deberan ser objeto de futuras investigaciones para confirmar su utilidad en humanos. Como escriben los investigadores en su estudio, de los datos acumulados hasta ahora pude concluirse que los suplementos de palmitoleico pueden mitigar mas de un componente del sindrome metabolico, incluyendo la resistencia a insulina y la aterosclerosis, pero tambien aclaran que aun se requiere una validacion directa en futuros ensayos en humanos. Ya estan en marcha nuevos estudios sobre el palmitoleico que desvelaran si esta grasa, hasta ahora poco conocida, llegara a convertirse en la nueva vaca sagrada de la alimentacion sana.